Diana Richardson vive un infierno con su nieto Kevin Banfield de 22 años, quien no la deja tranquila incluso ella le pidió que no vuelva a su casa.
En conversación con la señora Richardson, explicó que no sabe qué más hacer “quiero mi vida de vuelta, mi tranquilidad” indicó.
Se trata de un nieto que tiene problemas mentales y adicciones. Utiliza la casa de su abuela para hacer sus cosas, cuando lo corren él vuelve. La abuela se siente triste pero sobre todo temosa por motivo que su nieto porta un arma blanca. En una oportunidad la abuela puso la denuncia policial y cuando regresó a casa, la estuvo esperando con un machete, “me sentí amenazada” contó la abuela.
Ella no comprende porque las autoridades no hacen nada, a pesar de las denuncias que ya hizo. Incluso pidió orden de restricción, por seis meses tuvo tranquilidad y pudo vivir en casa pero después el problema continuó. La casa está totalmente destruida. Ella pidió a sus padres buscar todas las cosas de su hijo que están en la casa de Cantaloupestraat.
Diana Richardson dijo “no puede ser posible que me deba quedar en casa de un hermano cuando yo tengo mi casa, ya visité a todas las autoridades pero sin resultado”.
