Dra. Jenny Montiel: Un ángel en tiempos de Covid-19

La Dra. Jenny Montiel, en entrevista exclusiva para 24ora en español, nos comenta sobre su trabajo de ayuda social en tiempos de coronavirus.

Ella nos contó todo lo que pudo aprender durante su trabajo social ayudando a mucha gente en Venezuela, y lo puso en práctica aquí durante la pandemia. Comentó que incluso durante su trabajo de ayuda hubo personas incluso que llegaron a pedirle que se mude del vecindario pensando que les iba a “pegar” el coronavirus en el barrio, por lo que se tuvo que mudar a otro lugar donde vivir.

Dra. Jenny Montiel: Un ángel en tiempos de Covid-19

Dra. Jenny Montiel: Un ángel en tiempos de Covid-19. Click link pa mas https://24ora.news/379A8u7

Posted by 24ora en Español on Wednesday, November 25, 2020

En su ayuda social como voluntaria de Cruz Roja por ejemplo, todavía siguen apoyando, la Cruz Roja es una institución muy noble, del mismo modo indica que hay diversas instituciones dispuestas a ayudar solo es cuestión de darse a conocer y ellos siempre están allí.

Aquí nos cuenta parte de su historia de incansable ayuda incluso en tiempos de pandemia: “Yo soy médico, mi historia comienza desde que tenía 14 años en lo que respecta a la parte social, comencé a tener esa necesidad de ayudar a las personas y hago mi primer curso en la Cruz Roja, a los 14 años, y así iba a los lugares de menores a ayudarlos, con la parte social con la parte de ayuda espiritual, emocional, apenas con 14 años, fui creciendo y desde niña quería ser médico y comenzó esa necesidad de ayudar a las personas y siempre estaba buscando y ver que hacía, buscando a quién ayudaba, y empecé a estudiar medicina, me gradué de médico, médico general, nuestro primer título es médico cirujano, seguí en la Universidad, durante mi periodo de estudiante de medicina, iba a ayudar a las naciones indígenas, iba a las montañas con un grupo de expediciones, allí comencé a trabajar con los bomberos, con los grupos de ayuda humanitaria, luego termino mis estudios me voy a la rural, sigo ayudando en las afueras de Maracaibo, yo soy de Venezuela, tuve contacto con migrantes, también con ese ser humano que está vulnerable, y también pude ver necesidades, yo decía no ellos están peores que yo, siquiera yo tengo un papel que dice que puedo vivir aquí porque estoy casada, tengo una casa, mi esposo me mantiene, entonces yo dije yo tengo que ayudarlos más, porque todo lo que yo aprendí y todo para lo que Dios me capacitó, toda mi experiencia allá en Venezuela, yo tengo que cumplirla aquí, yo tengo que hacerla aquí, trabajarla acá, y comenzó mi trabajo y comenzó la gente a conocerme, y comenzaron a preguntarme, ¿me puedes dar el número?

Si y el teléfono no dejaba de repicar, mi esposo decía, amada cada día usted está menos tiempo; pero es que hay necesidad, si hay necesidad yo tengo que estar, de las iglesias también trabajando con niños en la calle, buscaba a los niños me iba a los parques, a ver vamos a hacer unas reuniones, me buscaba fundaciones que me dieran los ¡snaks!, refrescos, así para poder organizar y siempre había gente dada a colaborar, y hacía escuelitas para niños, y les conversaba a los niños, la familia, iba la familia y buenos los que querían ir a una iglesia donde hay escuelas más grandes se les llevaba, y así estaba trabajando, pero llegó el virus, y la cosa estaba difícil, porque ya no podía hacer el trabajo como antes, ya no podía tener contacto, hubo restricciones entonces allí me quedé sólo con Cruz Roja, y empieza el trabajo fuerte de lunes a lunes, ya allí no habían iglesias, no habían escuelitas para niños, no había nada, sólo había Cruz Roja, y la necesidad que había, en esta pandemia, y se comenzó a trabajar la parte social, a entregar comida, siempre con los cuidados, y hubo gente que empezó a rechazarme porque creían que yo les iba a pegar el virus, tanto así que tuve que mudarme de casa, pero bueno Dios abrió las puertas para poder mudarme, y allí sí, salía a la Cruz Roja, uniformada, porque cuando la gente ve a uno uniformada y no tiene ese conocimiento de lo que es el virus, que si yo me alimento bien, si yo me cuido, si yo hago todo, bueno tengo menos riesgo, entonces comencé a ir a la cruz Roja, y la pasaba allá y eran los entrenamientos, entre al esquipo para hacer la desinfección, y todo eso aprendí más cosas, porque aquí reforcé lo que practiqué en Venezuela.

Pero además esta pandemia, me dejó una enseñanza que cuando salí de Venezuela había mucha necesidad, y aquí cuando vengo empecé a ver necesidades extremas, en todas las personas, y empezamos a ayudar, empezamos a colaborar, un equipo grande de la Cruz Roja, y todo le doy gracias a Dios, la Cruz Roja es una institución tan noble, que ha podido ayudar y todavía estamos ayudando a mucha gente y cuando hablo estamos ayudando es porque me siento de la familia de la Cruz Roja, y por último a ti que estás vulnerable, tú que estás necesitado, tú que eres inmigrante, refugiado, o también eres arubiano o de cualquier nacionalidad que tienen esa necesidad, confía y ten presente que hay muchas personas que pueden ayudarte, solo tenemos que hablar, darnos a conocer, saber dónde estamos, dónde podemos llegar, y de esa manera podemos ayudarte, las iglesias, están abiertas a la ayuda del prójimo, en esta pandemia hay esperanza, hay mucha esperanza, así que es necesario que esté dispuesto a recibir ayuda, es necesario que estés pendiente de esas personas que están dispuestas ayudarte”